El pasado 4 de agosto, dos trabajadores de una empresa guipuzcoana se disponían a volar con Lufthansa desde Cluj Napoca (Rumanía) hasta Munich (Alemania), donde tomarían un segundo vuelo que los trajera de vuelta a Bilbao. Tras facturar el equipaje, los viajeros accedieron a la zona de embarque y allí todo se empezó a torcer.
En primer lugar, el embarque se retrasó dos horas, con lo que tuvieron que dar por perdido su vuelo de enlace con Bilbao.
Cuando finalmente pudieron acceder al aparato, el personal del aeropuerto cargó las maletas en la bodega y la tripulación empezó a preparar el despegue. Sin embargo, el avión no se llegó a mover. Al cabo de un rato, varios técnicos accedieron la cabina. Y 30 minutos después el comandante informó a los viajeros de que había un problema de peso en el avión, y que estaban recolocando las maletas para intentar equilibrar la carga. Seguidamente les notificaron que iban a extraer combustible para aligerar el peso, debido a que no era seguro volar en esas condiciones.
Finalmente, el comandante indicó a los viajeros que debían desembarcar y volver a la terminal hasta que las condiciones cambiaran o encontraran una solución, sin especificarles cuáles eran esas condiciones o las posibles soluciones. Del mismo modo, todas las maletas de la bodega fueron devueltas a sus propietarios.
Exceso de carga y balance del avión, ¿por qué puede ser peligroso?
Tener controlada la carga y el balance del avión es un elemento básico de seguridad en cualquier vuelo. Un error en este aspecto, por exceso de peso o porque la carga desequilibre el centro de gravedad del avión, podría tener consecuencias trágicas. Por eso, antes de despegar los pilotos deben cerciorarse de que el peso y balance de la aeronave estén en los parámetros adecuados.
En muchos aviones modernos, no es posible permanecer dentro de los límites aprobados de peso y balance cuando se han llenado todos los asientos y cuando los compartimentos de equipaje y los tanques de combustible van al máximo. Por eso, si se utiliza la carga total de pasajeros, a veces el piloto debe reducir el volumen de combustible o la cantidad de equipaje. Y en casos como el que nos ocupa, la última solución es impedir el embarque a un número suficiente de personas que devuelva al avión a parámetros que permitan el despegue y el aterrizaje con seguridad.
15 pasajeros no pudieron embarcar
Así ocurrió en este vuelo de Lufthansa. Tras un periodo de espera en la terminal, el personal del aeropuerto empezó embarcar a los viajeros de forma selectiva, llamando primero a los norteamericanos y canadienses. Después siguieron embarcando a más personas de diez en diez, sin explicar cuáles eran los criterios de acceso. Finalmente, en la terminal quedó un grupo de 15 pasajeros, bastante enfadados por el proceso de selección, a quienes informaron de que no iban a poder tomar el vuelo. Entre ellos se encontraban los dos trabajadores de la empresa guipuzcoana.
Tras recoger sus maletas, nuestros protagonistas iniciaron un largo camino de gestiones para que les asignaran un vuelo alternativo. El siguiente vuelo disponible a Munich desde Cluj Napoca era dentro de tres días, por lo que no les quedó más remedio que alquilar un coche para desplazarse hasta Timisoara, a 315 kilómetros, y viajar desde allí a la ciudad alemana. Y una vez en Munich, tuvieron que conseguir otro vuelo de regreso a Bilbao.
Vuelo alternativo, devolución de los gastos e indemnización
Esta incidencia es, técnicamente, una denegación de embarque, por lo que los derechos que asisten a los pasajeros son los mismos que en caso de una reclamación por overbooking. Por una parte, la aerolínea tiene que ofrecer un transporte alternativo para que los viajeros puedan llegar a su destino lo antes posible. Y también deberá hacerse cargo de todos los gastos que les haya originado la incidencia; en este caso, por ejemplo, el alquiler del coche de Cluj Napoca a Timisoara. Además, deberá indemnizarles con una cantidad –entre 250 y 600 euros– que depende de la distancia del vuelo.
En estas situaciones, las aerolíneas suelen ofrecer bonos de viaje u otras compensaciones que nunca alcanzan la cuantía de la indemnización a la que tenemos derecho. Por lo tanto, nuestro consejo es rechazar estas ofertas y optar por lo que hizo esta pareja de trabajadores: acudir a ERREKLAMATU a informarse de sus derechos. En nuestro despacho estamos especializados en derecho aeronáutico y la consulta e información es gratuita, así que, ante cualquier incidencia, podemos analizar el caso sin compromiso y asesorar a los viajeros para que consigan la indemnización que les corresponde.
Además, en caso de que decidan encargarnos la reclamación de su vuelo, en ERREKLAMATU solo cobramos si ganamos el caso y logramos una indemnización. Concretamente, nuestra minuta es el 25% de la cantidad que consigamos recuperar para nuestros clientes.
